Como a escondidas
Es mucho más frecuente de lo que nos creemos que personas compartan en consulta este dolor que las atormenta: «Como a escondidas».
De esta forma, se averg¼enzan y piensan que son las únicas personas en el mundo que tienen este «problema». Tras varios años escuchando y acompañando a este tipo de personas en un proceso de autoconocimiento empecé a crear grupos de apoyo. Grupos donde poder compartir y sentirnos reflejadas en las vivencias, hábitos e impulsos que parecen incontrolables.
Para poder acceder a estos grupos ya ha habido un proceso personal importante porque supone:
- Reconocer que como a escondidas y de forma emocional.
- Buscar ayuda con gran humildad.
- Ganas de cambiar, de verdad, la relación con la comida.
Cuando ante un problema, en vez de compartirlo, nos lo comemos, y nunca mejor dicho, cada vez se hace más grande. Por eso es tan importante tener confidentes que no nos juzguen donde podamos ser nosotras mismas. Solo así podemos:
En primer lugar: poner en palabras lo que nos atormenta.
Y en segundo lugar: encontrar soluciones para superar el problema.
Sabemos que el hambre emocional es el síntoma pero no la causa del conflicto. Es decir, el hambre emocional solo nos avisa de que necesitamos un cambio. Es una voz interior que nos indica que existe una incomodidad que necesita ser escuchada.
Para escucharla pregúntate:
- ¿Qué echo de menos en este momento?
- ¿Qué necesidad tengo?
Motivos por los que como a escondidas
Pueden ser muchos:
- Alimentación desequilibrada.
- Agotamiento.
- Estrés y/o ansiedad.
- Falta de amor hacia mi misma.
- Aburrimiento.
- Falta de sentido.
Y muchos más que dependen de cada una de nosotras y de cómo afrontamos la vida.
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Para llenar de AMOR TU CORAZ“N.