Comer mejor sin hacer dieta
Estoy segura de que haces lo posible por tener una alimentación completa y equilibrada. También sé que en ocasiones se te hace cuesta arriba, ya sea por el estrés del día a día, por bajones emocionales o simplemente porque te has dejado llevar.
Este artículo quiere dar respuesta a las personas que contestasteis “sí†a dos, tres o cuatro afirmaciones del test “Comer sin culpaâ€Â.
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Probablemente te sientas identificada cuando hablo de mirar hacia atrás y de que te cueste encontrar momentos en los que recuerdas estar a gusto con tu cuerpo y no buscar y probar una dieta mágica, esa “super dieta†para conseguir el objetivo de bajar de peso.
Es mucho el tiempo que has dedicado a conocer qué es una alimentación equilibrada y cómo combinar los alimentos.
Según pasa el tiempo te das cuenta de que cada vez te cuesta más adelgazar y que, realmente, prácticamente no has conseguido bajar de peso y mantenerlo en el tiempo. Y esto que te pasa tiene sentido porque según los estudios, entre uno y dos tercios de las personas que hacen dieta recuperan más peso del que perdieron durante la dieta.
Esta situación te deja sin fuerzas para seguir probando una y otra vez lo mismo. Te sientes desmotivada y sientes que esa va a ser tu lucha durante toda tu vida.
¿Sabes qué? Que el problema no eres tú, sino la dieta. Porque las dietas:
- Son cortoplacistas y no se enfocan en un cambio de hábitos a largo plazo.
- No tienen en cuenta la importancia de disfrutar con la comida y conectar con la sensorialidad y palatabilidad, Âáesencial para disfrutar y mantener los hábitos de alimentación!
- Prohíben alimentos y obligan a ingerir otros, esto genera que tengas apego a lo que te prohíben y aversión a lo que te obligan.
- Hacen que confíes en otras personas (médico, nutricionista…) y dejes de escuchar lo que tu cuerpo dice.
- Generan que comas desde la mente, forzandote a comer alimentos “sanos†y justo esto es lo que hace que pases del control al descontrol en forma de atracón.
Como ves, las dietas y la mentalidad rígida que las acompaña, son los culpables de no conseguir el objetivo y no eres tú. Por eso, no dejes que esto afecte a la confianza que tienes en tí misma.
Si te identificas con esto que te comparto, te propongo un reto: salir de la mentalidad dieta. ¿Cómo?
- Deja de clasificar los alimentos en buenos o malos.
- Gira la atención hacia el objetivo de cuidarte y tener salud, no de bajar peso.
- Cada vez que entres en la discusión mental de: ¿me lo como o no me lo como? Di para ti: “solo por hoy…†y elige, sin juzgarte, desde lo que en ese momento sientes. Si crees que con tu elección te cuidas, date las gracias, eso no significa que nunca más vuelvas a probar el chocolate, si crees que con tu elección dejas de cuidarte, date igualmente las gracias, porque sin saberlo, estás nutriendo una parte de ti que está descuidada y que posiblemente no sea físicamente sino emocionalmente.
- Te propongo que, al menos, una vez al día, comas un poco más despacio de lo normal, con atención en los sabores, la temperatura y las texturas de los alimentos.
Recuerda que no estás sola en esto y que puedo ayudarte. He acompañado a más de 50 mujeres en tu misma situación y las evoluciones que han vivido han sido preciosas.
Estos consejos que hoy te doy pueden facilitarte el trabajo aunque no hay nada mejor que dejarte acompañar por un profesional que te entiende y tiene tu bienestar general como prioridad.
Si quieres que tu relación alimentación-cuerpo-emociones sea sana, relajada y satisfactoria te invito a que te pongas en contacto conmigo y me cuentes tu caso. Sin compromiso, haz clic aquí y tomamos un té online juntas.