No soy mi hambre
¿Qué ocurriría si ante la necesidad de ingerir un determinado alimento de manera inconsciente e irracional te dijeras para ti misma: no soy mi hambre?
Nos identificamos con nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestras emociones y nuestros problemas. Y esto nos genera sufrimiento.
Uno de los primeros aprendizajes que tuve con la práctica y estudio del yoga fue reconocer mi alma más allá de lo físico. Y a través de la meditación he podido comprobarlo.
Cuando somos capaces de desidentificarnos de lo que ocurre fuera nos hacemos libres. Y esta sensación es muy placentera.
Cuando podemos decirnos «no soy mi hambre»
- Cuando nos damos un atracón.
- En momentos en los que pensamos que el problema es que comemos mucho y necesitamos hacer dieta.
- Cuando tenemos baja la autoestima y nos sentimos culpables por haber comido de más.
Podemos utilizar esta técnica en otras situaciones de nuestra vida como cuando:
- Tenemos un problema y nos decimos: no soy el problema. Este sencillo ejercicio nos ayuda a verlo como una tercera persona menos involucrada. Y como todas sabemos, es más fácil ver la solución a lo que le pasa a otra persona que a nosotras mismas.
- Nos duele algo y nos decimos: no soy mi cuerpo. Puedo asegurar en mis propias «carnes» que sentir el dolor sin resistirme me ha ayudado a que este se reduzca. Reconociéndolo como algo ajeno a mi verdadera esencia.
- La mente está muy activa y estamos nerviosas: no soy mi mente ni mis pensamientos. Sentirnos capaces de decidir donde llevamos la atención nos ayuda a empoderarnos y no caer en bucles mentales.
Cuando tenemos hambre emocional y comemos mucha cantidad nos podemos atormentar con los pensamientos. Entrando en bucles mentales muy negativos. Podemos aprender a detectar estos pensamientos a través de la práctica de Mindful Eating o Comer Consciente. Para ello, puede ayudarte el Curso Online de Mindful Eating que puedes comenzar cuando tú quieras :).