Me regalo el perdón

Posted 21 de diciembre de 2018

En primer lugar, y aprovechando estas fechas de regalos y de compartir con otras personas. Muy en línea con los temas que venía hablando últimamente. Siento que el mayor regalo que podemos hacernos es el perdón. La mayor liberación es soltar la culpa.

De manera similar, hace dos entradas hablaba de cómo la relación con la comida, en muchos casos, genera culpa. Y daba algunas claves para aprender a gestionarla.

De esta manera, cuando decidimos perdonar a otra persona no lo hacemos por esa otra persona. Si no que lo hacemos por nosotras mismas. El perdón es lo más grande que podemos ofrecernos. Para reducir nuestra mochila emocional. Para vivir con más ligereza y más alegría.

Así, el perdón no es negar una situación, es aceptarla. Y decidir liberarla de emociones. Conseguir que no generen dolor para ser más libres.

Por ejemplo: si un día como de más, me enfado conmigo misma. Pero en cambio veo a menudo que al gestionar mal la ira, al actuar así, lo que me hace sentir es triste. Es decir, me siento víctima de lo que estoy haciendo. Y me machaco con la forma de hablarme. Aparece la culpa y baja mi autoestima.

De esta forma, la culpa en muchos casos es una mala gestión de la ira, del enfado.

En cambio, si soy capaz de darme el perdón, de perdonarme, me empodero y me hago más fuerte. Suelto la culpa y me regalo el perdón.

Igualmente, el pasado no lo podemos cambiar, solo podemos aceptarlo. Y decidir, cómo queremos vivir con lo que ha ocurrido. Con lo que hemos hecho o nos han hecho. Qué queremos contarnos sobre la experiencia vivida.

Por último, aprender a perdonarnos nos ayuda a aumentar nuestra autoestima y tomar decisiones con mayor seguridad.