La práctica personal
No es necesario ser la gran yoguini para tener una práctica personal. Dedicarnos un ratito todos los días para nosotras es un regalo que nos hacemos porque nos lo merecemos. Sin sentirnos culpables por tener tiempo para nosotras. La falta de tiempo no es una excusa si realmente queremos hacerlo. Es una cuestión de prioridades y apuntar también en nuestra agenda ese espacio, igual a cómo planificamos otras actividades del día a día. Es una forma de afilar la sierra, algo imprescindible si elegimos vivir más conscientemente.
Aunque quizá no lo creas, siempre estamos preparadas para la práctica personal. No hace falta haber hecho un curso ni haber leído muchos libros. El poder de esta práctica es darnos un espacio para Ser. Fuera de nuestras responsabilidades y obligaciones. Para no ahogarnos, sentirnos libres y conectarnos con lo mejor de nosotras que es inmenso.
El simple hecho de sentarnos y hacer tres respiraciones profundas puede ser ya una práctica personal.
Desde mi punto de vista, entiendo práctica personal como la intención consciente de dedicarnos un ratito todos los días. ¿Para qué? Para:
- Escucharnos
- Visualizar el día
- Respirar conscientes
- Estirar nuestro cuerpo
- Sentirnos en nuestro centro
- Sonreírnos
- Agradecernos
¿Te parecen motivos suficientes?
El tiempo puede ir desde unos minutos hasta el tiempo que nosotras elijamos. Según el día o cómo nos sentimos. Pero si nos dedicamos este tiempo estaremos nutriendo nuestra alma y nuestra escucha. Estaremos más en nuestro centro.
Si quieres iniciarte quizá pueda ayudarte esta entrada sobre cómo hacer una práctica de yoga en casa. O también esta relajación guiada sobre la atención en la respiración o esta con un escáner corporal.
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