¿Necesitamos alimentos prohibidos?
¿Sabes que cuando bebes alcohol se te hincha la tripa pero sigues bebiéndolo? ¿Has comprobado una y mil veces que la pizza por la noche no te sienta bien pero sigues comiéndotela? ¿Para dejar de beber o tomar estos alimentos necesitas que alguien te los prohíba? ¿Por qué necesitamos alimentos prohibidos?
En ocasiones me encuentro personas que me piden que les prohíba alimentos. Quieren una dieta porque se sientes perdidas en relación a la alimentación. Saben que hay ciertos alimentos que no les sientan bien pero necesitan el empujón para dejarlos. Ya que por ellas mismas no encuentran la motivación suficiente.
¿Por qué necesitamos alimentos prohibidos?
En mi opinión, porque las personas estamos educadas en cumplir órdenes. Damos más importancia a lo que nos exige un «nutricionista» o una persona externa que a nuestro sentir.
Que sintamos que una bebida o un alimento no nos sienta bien no es suficiente. Necesitamos la confirmación desde fuera. Y, así, pensamos que el problema se resolverá.
¿Pero cuál es la consecuencia de prohibir alimentos?
Que, como ocurre con las dietas, estaremos unos días, o, incluso, semanas haciéndolo y, después, volveremos a lo de antes.
¿Resultado? Estamos igual, o peor, que como empezamos.
Si quieres saber por qué las dietas no funcionan pincha aquí.
Si queremos mantener los cambios de alimentación que nos propongamos necesitamos que la motivación surja desde dentro. No por cumplir las exigencias de alguien al que acudimos sino porque en lo profundo de nosotras queremos hacer un cambio. Y ese cambio solo puede venir de nuestro autocuidado.
Los alimentos prohibidos no son la solución. La solución es la elección consciente.
Solo cuando conectamos con nuestra motivación intrínseca podemos mantener los cambios. Porque lo hacemos por nosotras. Así, nos hacemos responsables. De la otra manera, cumplimos un tiempo pero, después, queremos saltárnoslo, nos conectamos con nuestra niña rebelde y pasamos. Sintiéndonos víctimas: «otra vez estoy igual», «la dieta era muy exigente», «no estoy preparada para el cambio». Y nos frustramos enormemente.
Si quieres aprender a cuidarte desde tu propia motivación tienes a tu disposición las consultas de coaching nutricional.
Un abrazo