¿Es tan malo el gluten?
Estoy en contra de todas las ideas radicales porque no son realistas. A la pregunta de: ¿es tan malo el gluten? Mi respuesta es no.
Parece que está de moda, la cantidad de personas a mi alrededor que dicen: «No tomo gluten», cada vez es mayor. Pero también observo cómo, tras unas semanas prohibiéndose este alimento, vuelve a tomarlo.
¿Cuál es el origen de esta moda?
Posiblemente estemos de acuerdo: la gran modificación/procesamiento del trigo.
El trigo ha sido, y es, el alimento rico en este alimento por excelencia. Y, efectivamente, el trigo, y su gluten, producen inflamación del intestino en la gran mayoría de personas. No por ninguno de estos dos alimentos en sí, sino por las modificaciones a las que ha sido sometido a lo largo de las últimas décadas este alimento.
El abuso en el consumo del trigo estoy de acuerdo en que es causa de la alarmante cifra de celiacos e intolerantes al gluten de hoy en día.
Pero, la campaña contra este alimento me parece que no tiene mucho sentido. No es lo mismo el gluten del trigo que el de la espelta o de la avena. A muchas personas el trigo les genera inflamación y no ocurre lo mismo con el centeno.
Ejemplos
En el caso del pan por ejemplo. Aunque tomemos un pan sin gluten, si lleva levadura química nos hinchará. Si tomas pan, que sea de masa madre.
El problema no es el gluten, o no lo es solamente. El problema es el gluten del trigo con levadura química y azúcar. Esto sí es una bomba de relojería para nuestro intestino.
Y tampoco veo sentido en prohibirnos este alimento y seguir consumiendo galletas o productos procesados «sin gluten». Porque como todo lo light, sin azúcares añadidos, bajo en grasa… esconde productos mucho peores en su interior, que aquellos productos que le quitan. Para que parezca más saludable. Nos estamos engañando.
Lo que más inflama el intestino son las harinas, las levaduras químicas y los azúcares.
Necesitamos coherencia en nuestra forma de alimentarnos. Y esta coherencia, en mi opinión, está más relacionada con alimentos naturales, aunque tengan un poco de este alimento, como puede ser un grano de avena o de cebada, o un pan de centeno de masa madre, que alimentos procesados «libres de esta sustancia».