Serotonina y hambre emocional
¿Sabías que los niveles de serotonina pueden estar relacionados con tu hambre emocional?
Así, sabemos que niveles bajos de este neurotransmisor puede hacer que tengamos ganas de dulce. Pero antes de hablar de ello, vamos a conocer qué función tiene la serotonina en nuestro organismo.
Esta nos produce sensación de bienestar, equilibrio y estabilidad. Y, cuando los niveles son bajos, nos produce negatividad, ansiedad, insomnio, comportamientos obsesivos,…
Alimentos ricos en serotonina
Pescado azul (caballa, boquerón, sardina,…), alimentos ricos en folatos (nabos, espinacas, guisantes, brócoli, remolacha, espárragos, judías pintas, cítricos,…), alimentos ricos en hidratos de carbono complejos (arroz integral, trigo sarraceno, avena,…), legumbres, huevo, frutos secos, chocolate,…
Otros hábitos beneficiosos para aumentarla son:
Exponernos a la luz natural del día, practicar deporte, descansar, reducir el estrés y una vida sexual activa.
Alimentos que nos reducen los niveles de serotonina
Cafeína, alcohol y endulzantes artificiales.
Funciones
Este neurotransmisor facilita el peristaltismo intestinal, sensación de hambre y saciedad, temperatura corporal, biorritmos de sueño y vigilia y regula la digestión.
Además, buenos niveles de este neurotransmisor nos ayuda a reducir el dolor de cabeza y las migrañas.
Otro buen hábito que podemos conseguir es marcarnos objetivos realistas y alcanzarlos. Esto nos hace sentir realizados y positivos. Y aumenta los niveles de serotonina.
Como resultado de todos estos buenos hábitos, se reducirán nuestros miedos. Y, esto, nos hará sentirnos más seguros. Además, nos ayuda a tomar decisiones en esos momentos en los que nos sentimos dubitativos.
Ganas de dulce
Pues bien, hablábamos al principio del artículo que bajos niveles de serotonina puede producirnos apetencia por dulce. El sabor dulce nos ayuda a relajarnos y nos genera bienestar. De esta forma, compensamos los bajos niveles de serotonina. Pero recuerda: hay muchos tipos de dulce.
- Podemos obtener dulce del azúcar o alimentos refinados. O, también, de alimentos ricos en hidratos de carbono integrales. Ambos nos relajan al principio y nos generan bienestar. Pero, los refinados, rápidamente, al bajar los niveles de glucosa, generan ansiedad por más alimentos azucarados. Metiéndonos en un círculo vicioso. En cambio, los integrales, nos sacian más y la curva de glucosa no es tan acusada. Generándonos un nivel de bienestar más estable.
- La falta de descanso hace que tengamos más hambre, bajen los niveles de serotonina y tengamos más ansiedad.
- Cuanto más azúcar y sal utilizamos al cocinar, más queremos. Cuando empezamos a reducirlo, empezamos a apreciar el sabor de los alimentos. E, incluso, generaremos rechazo al consumo excesivo de estos ingredientes.