Somos agua
No sé que tiene la nieve que tanto nos gusta. Será la escasez de días de nieve, será su color blanco, será el silencio y la calma que transmite, será su textura,… Recuerdo de pequeña que eran días sin clase. Porque no podía llegar el autobús que nos llevaba, al pueblo de al lado, al colegio. Y era un día de fiesta.  Nos pasábamos el día tirándonos con bolsas de basura por la montaña y las calles del pueblo, eran días especiales. Me conecto con esos momentos y me digo: somos agua.
Ayer cayó una gran nevada en la Sierra de Madrid. Y esta mañana, muy abrigada, estaba corriendo por una pradera que tenemos al lado de casa. Pisaba sobre la nieve, con los brillos que el sol producía sobre ella, ÂáÂáÂáera tal la bellaza!!!
La nieve me ha conectado con el agua, y el agua con el comienzo. ÂáQué bonita forma de comenzar el año! El agua representa la pureza, el tránsito hacia otra cosa. El agua nos conecta con nosotros ya que estamos formados por ella, en más de un 60% de nuestro cuerpo, somos agua.
Cuando más purificamos nuestra agua, cuanto más la limpiamos, más desarrollamos la sutileza. Más escuchamos nuestro cuerpo, más elegimos, más somos, porque somos agua.
Gestión emocional
La energía del agua es el fluir de las emociones, la transitoriedad. Cuando generamos bloqueos y bucles mentales estancamos este elemento dentro de nosotros.
En cambio, cuando sentimos la emoción como algo que cambia, que llega y se va, dejamos que fluya. Al escucharla y aceptarla desaparece más rápido.
Somos agua
Observa el agua en todas sus formas. Desde el aire hasta el hielo. Pregúntate cómo sientes este elemento en tu cuerpo. Cómo gestionas tus emociones. Si sientes que fluyes y te adaptas a los cambios o, en cambio, te resistes.