Afilar la sierra
Afilar la sierra es una expresión que me encanta. Ya que expresa muy bien la importancia de parar, respirar, observar, elegir y proseguir.
Hoy en día vivimos en la sociedad del estrés y la velocidad. Todo es rápido. Cada vez tenemos menos paciencia.
Vivo en la sierra de Madrid, en un sitio donde no llega la fibra óptica y la velocidad de la navegación es bastante lenta. A veces, me estreso cuando quiero avanzar y la tecnología me frena. Cuando me doy cuenta me río.
Cada semana bajo a Madrid. Y es curioso porque las primeras dos horas suelo estresarme con el tráfico, el ruido, la contaminación. Pero también he observado cómo, el cerebro, se adapta rápidamente. Y al cabo de unas horas deja de afectarme aquello que, cuando llego, me irrita.
Al darme cuenta de esto, trato de respirar profundo cuando voy conduciendo hacia Madrid y la diferencia es grande. Pequeños cambios pueden traer grandes beneficios.
Afilar la sierra
Como ya vimos al hablar del estrés y la respuesta del organismo ante el mismo, depende de la valoración de cada individuo. Es decir, ante un mismo hecho, una persona puede estresarse y otra no.
Por todo ello, es importante saber parar. Eso es afilar la sierra. Pero a menudo estamos tan metidos en la experiencia que estamos viviendo que no vemos con perspectiva. ÂáQué fácil es ver los errores de los otros desde fuera! ¿no? ÂáPero qué difícil ver nuestros propios errores!
Nos cuesta afilar la sierra porque supone parar y conectar con nosotros. Mirar hacia dentro. Visualizar. Elegir y seguir caminando desde nuestra responsabilidad.
A través de la práctica de la atención plena , o mindfulness, nos convertimos en el observador para poder ver que hay más allá. Nos separamos del conflicto y conectamos con la ecuanimidad. Afilamos la sierra para SER, ELEGIR, VIVIR.
Las herramientas de esta práctica se remontan a hace muchos miles de años en tierras Indias. Aunque los beneficios es necesario experimentarlos desde la práctica, la ciencia está demostrándolos analizando cerebros de meditadores. Puedes elegir creerlo y quedarte en la teoría o animarte a probarlo :).
Como consecuencia, te propongo que respondas a estas preguntas:
¿Te apetece aprender ejercicios de concentración y meditación? ¿Conocerte a través de la introspección? ¿Reconocer cómo tu mente trata de llevarte a viejos patrones mentales? ¿Hacerte responsable de cómo te sientes? ¿Empoderarte a través de gestionar tu pensamiento?
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